- Mueren (Alzheimer, Parkinson, diabetes tipo II)
- Funcionan mal (artrosis, gota, osteoporosis…)
- Sufren (fibromialgia, depresión nerviosa endógena…)
- Se vuelven malignas (leucemias, algunos cánceres como de seno, próstata, colon, recto, etc.)
Al igual que el filtro de un coche en mal estado puede provocar daños severos en el motor, es vital que nuestros órganos de eliminación estén siempre a punto y disminuir la carga tóxica que tienen que procesar diariamente. La capacidad que cada persona tenga para detoxificarse de todas esas sustancias, es un importante condicionante para su estado de salud.
¿Cuándo es el mejor momento para hacerlo?
Sabiendo la gran importancia de ayudar a que nuestro organismo lleve a cabo este detox diario, veamos ahora cuándo vamos a realizar estas acciones para que sean más eficaces. La clave será hacerlo siguiendo los ritmos circadianos o ritmos biológicos del organismo. Esto es, respetando los patrones naturales en que nuestro cuerpo lleva a cabo sus procesos.
1. Limpia tu lengua al levantarte
Mientras dormimos, el sistema digestivo trabaja para realizar una desintoxicación nocturna por medio de los canales excretores internos, depositando muchas de esas toxinas y bacterias nocivas en la superficie de la lengua que podemos apreciar en forma de capa blanquecina (seborrea).
El funcionamiento de nuestro sistema digestivo se ve reflejado en la lengua; si amanece cubierta de una capa gruesa de color amarillo, blanca o gris es señal de su mal funcionamiento. Deshacernos de las toxinas depositadas en la lengua, permite retirar de nuestro organismo no solo las toxinas sino también las bacterias nocivas para evitar que se vuelvan a reabsorber, ayudando así a mejorar esta función de desintoxicación diaria. Se lleva a cabo con un limpiador de lengua metálico o de cobre específico para tal fin, nunca con un cepillo dental para no esparcir más las bacterias por el resto de la boca. En ayurveda (la Medicina Tradicional India) esta práctica se conoce como Jihwa Prakshalana.
Este procedimiento es sencillo; se pasa el raspador de lengua desde la base hasta la punta varias veces hasta que podamos apreciar una lengua rosada y limpia.
2. Realiza un cepillado en seco por todo el cuerpo
Nuestra piel es un órgano de eliminación de toxinas y cuando éstas quedan acumuladas en sus células grasas, aparece la odiada celulitis que podemos combatir con el cepillado en seco al eliminarlas para mejorar la apariencia de la piel desde dentro. Otro beneficio es la estimulación del sistema linfático, encargado de la eliminación de toxinas, la eliminación de patógenos y de mantener en buen funcionamiento el sistema inmune cuya función es el transporte de las toxinas para que puedan ser eliminadas por los emuntorios. Además, actúa como una exfoliación cutánea que promueve la regeneración de la piel y abre los poros para facilitar la eliminación de más toxinas y estimula la circulación y el sistema nervioso a través de las terminaciones nerviosas de la piel.
El cepillado se realiza por la mañana, preferentemente antes de la ducha, haciendo un masaje con movimientos circulares, comenzando desde las extremidades y avanzando hacia el corazón.
3. Haz ejercicio suave en ayunas
4. Bebe suficiente agua durante el día
El agua es vital para que nuestros emuntorios (órganos de eliminación) puedan realizar su tarea de desintoxicación. Se recomienda beber en torno a dos litros diariamente, pero ajustar esta cantidad escuchando siempre las necesidades del organismo (según estado de salud, edad, actividad física, clima, etc). Evitar el agua de grifo o purificada y procurar agua natural mineral de manantial. Evitar también otras bebidas que no ayudan a desintoxicarnos sino todo lo contrario, sobre todo si son azucaradas, edulcoradas o carbonatadas. También es recomendable beber infusiones —tomando en cuenta sus contraindicaciones según el estado individual de cada uno—, que pueden ser de hierbas depurativas (diente de león, cardo mariano, boldo, borraja, romero, alcachofera, achicoria, etc.) y de hierbas diuréticas (cola de caballo, tomillo, hinojo, mejorana, etc.). Podemos beberlas antes o después de comer o como sustituto de algún café.
5. Realizar asanas o posturas de yoga con efecto desintoxicante
Esta práctica nos ofrece una gran variedad de posturas que ayudan a estimular el hígado, los riñones y el resto de órganos abdominales como bazo, páncreas, estómago, intestinos, etc.
Las torsiones son por excelencia posturas de desintoxicación. Además de los beneficios que tienen para la espalda, ayudan a desbloquear y purificar el hígado y la vesícula biliar porque realizan un masaje interno a los órganos abdominales y movilizan el diafragma. Al girar nuestro torso, nuestros órganos internos reciben un movimiento que les comprime y luego les libera, permitiéndoles llenarse de nueva sangre oxigenada.
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Asanas (posturas) de torsión. |
Otras posturas eficaces para ayudar a desintoxicar el organismo son: ángulo sentado, cara de vaca, mariposa, la paloma, el puente y media flexión.
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Asanas (posturas) que promueven la eliminación de toxinas del organismo. |
6. Date un buen baño caliente con sal marina
Dentro de la hidroterapia, encontramos una rutina cuyo funcionamiento es tan sencillo como altamente eficaz; los baños con agua caliente y sal marina. Al sumergirnos en agua caliente, se dilatan y abren los poros de la piel, el organismo transpira eliminando anhídrido carbónico (CO2) a la vez que expulsa grasas, amoniaco y ácido úrico. Una vez que estos residuos son eliminados a través de la piel en la bañera, ya no necesitan ser desechadas por los pulmones, los riñones y el hígado con lo que les evitamos que tengan que filtrarlas ellos.
Además, gracias a la concentración salina del agua, se produce un efecto de ósmosis (un líquido pasa desde la solución más diluida a la más concentrada), que hace que el agua de nuestro organismo —y por ende del núcleo de las células— salga a través de los poros arrastrando al exterior toxinas y sales minerales. Con esto conseguimos una diálisis percutánea; una desintoxicación y alcalinización del organismo. Solo necesitamos contar con una bañera en casa, agua caliente y sal marina (2 gramos de sal por litro de agua).
En una bañera (de unos 100 litros) con agua caliente añadir 2 kg de sal. Si deseamos potenciar el efecto relajante podemos añadir gotas de aceites esenciales (lavanda, manzanilla, romero, mejorana, sándalo, nerolí, etc.). Sumergirse y relajarse durante media hora, la cuestión es sentir que comenzamos a sudar. Si no disponemos de bañera en casa, podemos hacer pediluvios llenando un barreño con agua caliente y sal, luego sumergir los pies durante media hora dos veces al día.
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