Las infusiones son el remedio de la abuela por excelencia. Quién no ha tomado una infusión digestiva después de una comida copiosa o una de manzanilla para el dolor de panza. Incluso puede que hayas probado la infusión de ortiga porque te han dicho que es buena para depurar los riñones o la de hojas de frambuesa porque tu comadrona o doula te ha dicho que ayuda a tonificar el útero para el parto. Sin embargo, para muchas plantas medicinales, la manera “clásica” de prepararlas no es del todo efectiva para obtener todos sus beneficios terapéuticos.
En fitoterapia utilizamos las infusiones de plantas medicinales cuando queremos trabajar en profundidad, contrariamente a los extractos o tinturas madre que se utilizan más bien en tratamientos rápidos y sintomáticos. Precisamente porque realizan un trabajo “de fondo” en el organismo, es muy importante extraer al máximo sus principios y tomarlas al menos durante algunas semanas para constatar resultados.

Las 4 reglas de base para preparar una infusión efectiva
1. Asegúrate la calidad de las plantas que utilizas
Las plantas medicinales a granel en hoja suelta son la mejor base para una infusión rica en principios activos. La cantidad de plantas que normalmente viene en las bolsitas que se encuentran en los comercios no es suficiente para ejercer un efecto importante y su calidad no suele ser la mejor.
Es importante además que te asegures de la calidad de las plantas que vas a utilizar comprándolas en una herboristería, herbolario o tienda naturista de confianza. Por último, huelga decir que, si cuentan con certificación biológica/orgánica, su calidad será superior porque el equilibrio nutritivo del suelo permite que la planta alcance su pleno potencial terapéutico —lo que tiene un impacto importante en los efectos buscados— además de estar exentas de pesticidas o manipulación genética.

2. Prepara 1L en vez de una taza a la vez
Si preparas pequeñas cantidades de líquido, como los 250 ml de una taza que preparamos normalmente, éste no podrá conservar el calor el tiempo necesario para extraer los principios activos presentes en las plantas medicinales. Es mejor calcular la cantidad para 1 litro de agua y preparar de una vez la infusión que beberemos a lo largo de todo el día.
3. Haz infusiones (muy) largas
Para las plantas medicinales tónicas, nutritivas, remineralizantes y alcalinizantes, lo ideal es mejor dejarlas infusionar varias horas. En efecto, los beneficios de estas plantas residen en su riqueza en minerales y oligoelementos. Estos componentes tienen una gran afinidad por el agua, por lo que cuanto más tiempo permanezcan en infusión, será más concentrada en elementos nutritivos.
¿Cuánto tiempo es suficiente? Toda la noche (o todo un día). Para preparar la infusión necesitas una tetera o una cafetera de prensa francesa, pero también puedes usar cualquier recipiente metálico, en cerámica o cristal. Antes de acostarte, coloca las plantas medicinales y vierte 1 litro de agua hirviendo. Cúbrelo y déjalo infusionar durante la noche. Al día siguiente, filtra la infusión y colócala un termo para irla bebiendo durante el día. De hecho, puedes llevarla contigo en cualquier botella de cristal o acero inox ya que no importa si se enfría. Una vez infusionada, la temperatura no afecta los beneficios.

Este método de infusión larga puede chocar con el ritmo de la vida moderna en el que priman las preparaciones “listas en 5 minutos”, pero créeme, tomarse el tiempo de infusionar durante varias horas —idealmente toda la noche o todo un día— vale la pena para obtener resultados.
Esto es especialmente importante cuando utilizamos plantas medicinales para:
🌱 Tonificar, nutrir y calmar el sistema nervioso (avena verde, melisa, ortiga, manzanilla)
🌱 Equilibrar el sistema hormonal (vitex o sauce gatillo, salvia, manzanilla alemana, borraja, milenrama)
🌱 Remineralizar el organismo como parte del tratamiento de patologías como la artrosis o la osteoporosis (ortiga, cola de caballo, bambú, hoja de frambuesa)
🌱 Alcalinizar el organismo para restaurar el equilibrio ácido-básico (ortiga, salvia, angélica, verbena)
🌱 Nutrir y tonificar el sistema reproductor femenino (hoja de frambuesa, avena verde, ortiga, diente de león, trébol, milenrama, etc.)
Para el resto de plantas de cuales nos interesan más sus componentes aromáticos (menta, yerbabuena, melisa, rosa, etc.) o sus propiedades relajantes o digestivas (pasiflora, valeriana, hinojo, jengibre, etc.) basta con infusionarlas hasta que la mayor parte de las hojas hayan caído al fondo de la tetera y que la temperatura del agua es bebible.
4. Prepara tu infusión bien concentrada
La idea es que la tisana tiene que estar bien concentrada para ser eficaz, aunque a veces ello implique que el gusto sea amargo. Es eso lo que nos dice que sus principios activos están bien presentes y lo que nos dará el efecto deseado: hacer circular la bilis, reactivar la química digestiva, actuar sobre la inflamación, remineralizar, etc. Como regla general, podemos decir que se utiliza 1 cucharada sopera por taza de agua, por lo que, si vas a preparar 1L de infusión, cuenta con no menos de 4-5 cucharadas soperas.

Para preparar una buena infusión concentrada y eficaz, la cantidad recomendada es de 4-5 cucharadas soperas por 1L de agua y dejarla infusionar durante toda la noche.
Por último, hay que tener en cuenta que las tisanas actúan en profundidad de manera lenta pero muy eficaz. Es por ello que es importante tomarlas todos los días —idealmente 1 litro o al menos 2 tazas diarias— durante periodos de al menos 3 semanas.
Las tisanas de plantas medicinales son una estupenda manera de cuidar nuestra salud digestiva, de gestionar el estrés, de prepararnos para un descanso reparador, de sostener nuestro organismo en periodos físicos o mentalmente demandantes, de purificar nuestra piel desde el interior, de sostener la salud de la esfera respiratoria, de mantener limpios los filtros de nuestro organismo y muchos otros beneficios.
Además, contribuyen a aumentar nuestra ingesta diaria de líquidos fácilmente y sin apenas darnos cuenta. Lo anterior, sin mencionar que son deliciosas y reconfortantes, calientitas o frías (¡incluso con un poco de hielo en verano!) Si aún no tienes la costumbre de tomar infusiones, los beneficios de la fitoterapia, son un añadido que suma un montón a tu bienestar.
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